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Jesús Hernández-Güero: reconstruir la información.

Por: Magaly Espinosa / Cuba

 

La obra de Jesús Hernández-Güero se inscribe, junto a la de un conjunto de creadores, al igual que él egresados del Instituto Superior de Arte y de La Cátedra Arte de Conducta, en esa vertiente del arte cubano que continúa interesada en temas sociales y culturales. En ese contexto, una de las características más sobresalientes de su labor artística consiste en haber modelado su poética alrededor de un tema de referencia social.

 

Desde esta perspectiva, serán los procesos generados en el marco de la información el eje central de sus obras. En las piezas: Informe de hechos vividos (2006-07) Sobre un vacío periodístico, (2007) y 24 horas nacionales (2009) se acercan a diferentes momentos recogidos por la información periódica, desde una perspectiva bien resuelta en el plano visual. En las dos primeras, aborda sucesos ocurridos en esos años, y en la tercera lanza una ingeniosa mirada que reconstruye el Noticiero Nacional de la Televisión.

 

La búsqueda de la síntesis, la solución formal compacta y el vuelo poético con el que logra, desde una atractiva apariencia, acercarse a temas ríspidos en lo social y lo político, son algunos de las características que distinguen su producción hasta el presente. Es un sutil narrador que arma complejos rompecabezas de esa área de la vida cultural que a todos atañe.Dos de sus últimas creaciones son La tercera pata y Lecturas difíciles. La primera es una obra en proceso realizada entre 2008 y 2012. Para ello, el artista acometió el estudio de un conjunto de publicaciones periódicas que circularon en la isla entre el siglo XIX y la primera mitad del siglo XX. Respetando su tipografía y estilo, les insertó textos de 19 escritores que viven dentro y fuera de Cuba. Entre ellos, se pueden citar el del crítico y ensayista Iván de la Nuez, Guantánamo y sus (inútiles) metáforas, el cual ha sido ubicado en una edición del periódico La Defensa, (9 de abril de 1902) el del escritor Orlando Luís Pardo Lazo, 99 a la sombra, colocado en la revista Social, (No 10/Vol. V/ Octubre de 1920) y el del también escritor Eliseo Alberto, La novela de mi padre, en Revista de Avance (No 13/Año 1/Tomo II/ 15 de octubre de 1927). Este es un libro de artista que por la forma en la que fue concebido adquiere el valor de documento, convertido en una publicación singular que vuela sobre el tiempo comprimiéndolo, como si sus distancias pudieran ser borradas. Texto y publicación han sido deconstruidos y organizados con otro sentido del tiempo.

Después del año 1959, estas publicaciones fueron desapareciendo y se perdió el rastro de su significado. La pieza de Güero las revive, metamorfoseando el concepto de archivo, pues acercarnos a ediciones ya históricas no ocurrirá desde los márgenes de un acto de guardar o preservar, propio del archivo, sino por medio del gesto del artista que le ha dado otro destino y otro presente, según sus propias palabras, la circulación se convierte en un verdadero contenido, un valor real. Por otra parte, el libro tendrá en su portada un dibujo de Antonio Eligio (Tonel), una buena elección, pues con el humor que lo caracteriza, junto a su cultura sobre la vida del arte, podrá ilustrar el carácter particular de esta obra, que como pretende su autor: “hace que la historia sea un diagnóstico desde miradas complementarias y diversas de la Cuba contemporánea”

 

Lecturas difíciles (2010) la otra pieza mencionada, consiste en un conjunto de fotografías que contienen imágenes de publicaciones no oficiales, que al doblarse sobre sí mismas dificultan su lectura. De esta manera, las inserta en un ambiente que se acerca al que habitualmente circulan: íntimo, oscuro, e indefinido, como él mismo apunta, alcanzando un equilibrio entre contenido y solución formal, postura muy propia de su estética. En la consideración de Jesús ellas son parte de “un archivo de micro-verdades que permanecen invisibles”.El arte se apropia de procedimientos de otros campos y esto enriquece las posibilidades de presentar la realidad, de levantar sus zonas ocultas, haciendo evidente lo que en ocasiones no queremos ver.Texto publicado en "El Correo del Archivo", Archivo Veigas Arte Cubano, La Habana, 26 noviembre de 2012. 

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